lunes, 3 de diciembre de 2012

Analizando el Derbi

El Atleti hizo el ridículo. No hay mucho más resumen del derby, un equipo sin ideas, sin pase, con presión y muy leñero. Nada que ver con lo que veníamos viendo hasta ahora. Pero eso no quiere decir que no se lo vayamos a perdonar, empecemos.

·         El Cholo convoca un entrenamiento a puertas abiertas al que asisten cerca de 21.000 personas; no es una cosa nueva, Sevilla y Betis ya lo hicieron antes del derby, pero mucho ojito que 21.000 personas, son muchas personas y nuestra afición no es una afición cualquiera. Ese hecho, por mucho que nos cueste entender, tiene que calar a un futbolista, sea cual sea su color o su sentimiento hacia la entidad que representa. Cuando hace 2 años y pico, 50.000 personas no sólo no abandonaron el Camp Nou tras la final de Copa, sino que se quedaron media hora más animando a grito pelado de “Campeones, campeones”, muchos de los jugadores a los que luego silbamos o llamamos “peseteros” o “judas” salieron de aquel estadio llorando.
Agüero no podía levantar la mirada del suelo, porque cada vez que miraba a la grada sentía que había fallado, no a 50.000 que había representando, había fallado a un sentimiento, incluso Tiago, un casi recién llegado, aún recuerda aquéllo como una de las mejores experiencias que ha vivido como futbolista. Aquel día Tiago pasó de trabajar para el Atleti a hacerse del Atleti. Pero ayer nadie se marchó a los vestuarios del Bernabéu llorando, nadie. 



·         Hemos vuelto a ser cómplices de un juego de Tronos, es decir, este, el mejor Atleti de la historia, (que no se nos olvide) venía muy fuerte. Había humillado a un Sevilla que sacaba pecho después de ganar al Betis, bueno quien dice ganar dice golear a su eterno rival...El Atleti lo mató en 45 minutos de auténtico espectáculo. Desde el pitido final de aquel partido la prensa empezó a obviar (lógico por otro lado) el encuentro de copa, para ponerse a hablar del derby, y aprovechando el subidón que llevábamos encima, nos creímos que podíamos ganar al Madrid. Ojo, no estoy diciendo que el Atleti no sea capaz de ganar, pero mucha atención a mirar las cosas en caliente y en frío.

No me voy a poner a analizar puesto por puesto una y otra plantilla, porque es de necios no saber que nos superan en casi todas las líneas (a mi entender se salvan Juanfran, Filipe, Arda y Falcao) en las demás, nos superan absolutamente. A eso hemos de unir que el Madrid viene de perder, por lo tanto el “factor sorpresa” quedaba descartado y cogía fuerZa el factor “salimos a ganar como locos”. Ese factor ayer sólo visitó el vestuario local.
Porque por mucho que nos moleste y pese que el Atleti está ganando sin parar, fuera de casa la imagen futbolística es muy pobre, hemos tenido muchísimos desplazamientos en los que hemos regalado 45 minutos y hemos corrido los últimos 45. A eso hay que añadirle que esta liga se va empequeñeciendo y este año el Atleti se ha mantenido, exceptuando la baja de Diego. ¿Qué quiero decir con esto? Muy fácil, si recordamos los desplazamientos en los que hemos regalado media parte, que el nivel futbolístico baja respecto a jugar en casa, y que ha sido donde hemos perdido puntos (Levante y Valencia), se hacía complicado el ganar.

Pero nos hicieron creer que se podía, no sólo los jugadores sino la prensa: “Este año sí”, “Si no es este año…” Sinceramente, he visto al Real Madrid muchos años peor que este y el Atleti mejor (pese a ir por debajo de la clasificación) y empatar o perder. ¿Qué pasa? No lo sé, porque confío en el Cholo a pies juntillas y sé que los tuvo que motivar. Quizás la afición estaba en un nivel altísimo, la realidad en un nivel medio y la actitud del equipo en un nivel bajo.



·         Pero no hay que fustigarSe más, ¿En serio es tan chungo perder en el Bernabéu? Yo lo veo como un resultado probable (estadísticamente y deportivamente). A mí lo que me vale es la actitud del equipo desde Mónaco hasta hoy (digo hoy porque mañana aún no ha llegado). Señores, seamos sensatos- ¿A qué Atlético no le va a gustar ganar en el Bernabéu? Pero en serio, este año era lo de menos. No nos contó la prensa que el año del doblete el Atleti perdió los dos derbis, o que pese a perder, el Atleti acabaría el año por encima del Madrid, nos dijo que podíamos ganar y punto, obviamos lo demás, fallo nuestro.
Ahora pensemos fríamente. ¿Quién, a 1 de Diciembre, hubiera firmado estar con los puntos que tiene hoy el Madrid? Yo creo que todos. Pues señores, hasta ayer estábamos 8 por arriba y no sólo eso, es que seguimos 5 por encima, no es ningún drama, el Madrid no se juega la liga contra el Atleti, se la juega a la ruleta rusa perdiendo en el Villamarín o contra el Getafe. No es ningún drama, en dos semanas viajamos a Barcelona, al Camp Nou y vamos a ir con el fantasma de que el Madrid se ponga a 2, pero ¿es que el Madrid no va a perder más puntos? En una liga donde el primero va a ser el Barça, ¿importa quedar segundo o tercero? Sí, por quedar por encima del Madrid y no porque conseguimos igual el objetivo que es la Champions.

Dicho todo esto, creo que los jugadores están en deuda con la afición, porque nunca les ha fallado, han estado a las duras y a las maduras y esta afición solo les pide que sigan igual. Estamos en un momento muy dulce, que nadie se olvide que va a costar mucho bajarnos de ahí, que perderemos más partidos y no solo por eso vamos a ser menos Atléticos, porque se es imposible ser menos de eso. Porque los grandes equipos tienen un sector de la afición que nunca falla, que siempre está ahí, pero hay otro gran sector de la afición que viene y va que le interesa el fútbol cuando gana y que no les importa lo más mínimo cuando pierden, y es la diferencia que tiene nuestro club, que carece de ese tipo de aficionado, somos del Atleti SIEMPRE, y podemos perder contra el Madrid durante 13 años más, que vamos a estar ahí, les ha quedado claro y no se van a dar por vencidos. Confiemos en ellos que se lo han ganado y tienen el mejor entrenador que podíamos tener ahora mismo, así que, que no cunda el pánico y disfrutemos de la realidad, y la realidad, para los que quizás con lo de ayer se les ha olvidado, es que somos campeones de la Europa League, de la Supercopa de Europa y que tenemos a una plantilla que de aquí 10 o 15 años , será recordada como la que tuvo el mejor inicio de liga. No hay motivos para preocuparse.



domingo, 9 de septiembre de 2012

EL CHOLO, LOS PIES EN EL SUELO, LA CABEZA EN EL CIELO

Casi casi sin darnos cuenta, ha empezado la temporada y ya tenemos un título, como en 2011, sin comerlo ni beberlo ganamos una Supercopa con un paseo brutal contra el campeón de Europa. Bonito enfrentamiento ese del campeonísimo contra el campeonito, la fórmula es sencilla, demuestra que: Si gana el de la Europa League, se le promociona a más no poder y si gana el de Champions, sacamos pecho de que la gana el mejor de Europa. Es decir, para uno sirve para consagrarse y para el otro para sacar pecho.


El caso es que todo tiene matices, es decir, la Champions League es una competición preciosa, pero que llegados a este punto, los equipos de la Liga Española (entiendo que los de las ligas europeas restantes también) sólo quieren jugar para ingresar, les da igual ganar o perder, quieren ese dinero. ¿Porqué? Pues porque está montado de tal manera que la misma competición se está desprestigiando, mismos equipos, metemos equipos de bajísima calidad y al final siempre llegan los mismos. O hacen un pensamiento o esa competición va a ser de las más previsibles de la historia, encima dadas las grandes diferencias de ingresos entre la liga española y las demás, Barça y Madrid estarán en las semifinales de aquí hasta el fin de los días.

El caso es que “la competición menor”, esa que sólo juegan los equipos malos y que no vale para nada, está teniendo mucho más nivel últimamente que la champions, con esto no quiero decir, que los equipos que llegan a la fase final no lo tengan, que no se me malinterprete, sólo digo que la Europa League, está muchísimo más igualada que la Champions y hace que sea mucho más bonita a nivel de competitividad y sobretodo de telespectadores.

Dicho esto, no estoy diciendo que yo quiera jugar la Europa League todos los años (bueno si es para ganarla si) pero la actitud que ha inculcado el Cholo a estos jugadores mentalmente, puede hacer que sea uno de los aspirantes serios a llegar bastante lejos. No nos empecemos a hacer “pajas” mentales, hablo de la actitud; esa que se vio en 6 meses de Quique, que no se vio, bueno ni apareció, con Manzano y que Simeone ha trabajado como nunca.
Recordando el método Guardiola, alguien de la casa que sabe lo que significan esos colores y que sabe transmitir lo que es vestir esa camiseta y lo que significa para cada uno de los que se sientan en las gradas pagar la cuota de abonado, socio o la entrada y eso, no se paga con dinero.

Desgraciadamente, tenemos al mejor entrenador que podíamos tener después de Luís, pero seguimos teniendo a los peores directivos del mundo. Cierto es, que la liga española no ayuda, tenemos al mejor 9 del mundo y va a ver como lo que ha ganado, es lo máximo que va a poder ganar en este equipo, porque tal y como está montado todo, nadie va a poder ganar una liga sino tienes ese presupuesto que sale de 240 millones de euros que se reparten entre dos y que lo que sobra si se reparte proporcionalmente. Es como si yo y mi futura esposa nos comiéramos el pastel nupcial y lo que sobra se reparte a los invitados, porque eso es lo que son los 18 equipos restantes, los invitados, sin ellos, ni siquiera los “novios” tendrían pastel.

Lo que quiero decir con todo esto es que hoy Falcao se quedaría muchos años en el Atleti, es feliz, marca y disfruta, pero tenemos dos cosas en contra, los dirigentes, Cerezo se frotaba las manos en Mónaco porque cada gol era más dinero, y que el mejor 9 del mundo en “la mejor liga del mundo” (quien lea mejor es porque quiere), nunca va a poder ganar una Liga sino sale de aquí. Los jugadores quieren ganar, y en España, sólo ganan dos.

Ahora si toca soñar, porque el Cholo nos lo permite, nos permite ver al Atleti y DISFRUTAR, ver un equipo con posesión de balón, agresividad, presión, sólido y con gol. Si se pudiera pagar (y se quisiera) la ficha de Falcao, Diego, Arda y demás y los grandes no tuvieran tantas “ayudas” económicas, estaríamos hablando de un Atleti rozando el del doblete. Visitando Neptuno asiduamente y, por fin, ganando al Madrid de tristón.

Porque Simeone ha demostrado lo que Guardiola lleva demostrando desde hace 5 años en el Barça; que a los jugadores no se les enseña a jugar, se les ha de enseñar a ganar y eso pasa por tener la actitud que se tuvo el día del Athletic de Falcao, ay! De Bilbao y contra el Chelsea, da igual el nombre del rival.

Siempre hay que tener los pies en el suelo pero la cabeza en el cielo.


lunes, 4 de junio de 2012

Bucarest (parte 3)

Los momentos previos, a mí, se me hicieron eternos. Ya estaba todo el mundo en su asiento y estábamos deseando tantísimo que acabara la inauguración de la final que nos pusimos a hacer el mosaico antes de tiempo y todo. 

Salieron los equipos y la locura fue espectacular, no había marcha atrás, el partido iba a empezar.

Dicen los entendidos que en una final los primeros minutos son de tanteo, que a los dos equipos les puede dar por no atacar y se pasen 20 minutos especulando. En Bucarest la cosa no fue así, un equipo salió a ganar y el otro a ver si ganaba. Esa fue la diferencia y sin apenas darnos cuenta, un balón largo de Diego a Falcao con su respectiva carrera, entrara al área, especulara un poco con lo que hacer y finalmente optara por pegarla donde hay que hacerlo, ni más alto ni más bajo, a la escuadra, templadita pero fuerte, una que sólo los mejores porteros del mundo puedan parar y entró. Minuto siete y el Atleti se ponía 1-0 en la final de la Europa League, ¿alguien se lo hubiera imaginado?

En la grada se unió la locura con la imagen impactante de ver ese golazo y en el minuto que era. Nos abrazamos como si hiciera años que el Atleti no marcara. ese gol, ya no nos lo quitaba nadie. Radamel ponía a Europa entera de pié y al Atleticismo al borde del éxtasis.

Afortunadamente en el espectacular video marcador del estadio pudimos ver el gol repetido unas cinco veces y cada vez alucinar más y creérnoslo más.
El partido después del gol, como todos pudisteis ver, fue otro. El Atleti hizo un partido durante siete minutos y después jugó a controlar y descontrolar el partido a su antojo, Mario Suárez, Filipe, Gabi y Godín (espectaculares) hicieron del Atleti un muro por el que sólo pudo pasar Llorente con un tiro forzado que no cogió puerta. 

Capítulo aparte, Falcao, que, quizás por televisión no se pudo apreciar del todo, pero corrió todos los balones que pasaban cerca o lejos de él, daba igual, estaba luchando como nunca, dejándose la vida. Algún día nos enteraremos que le dijo el Cholo para extra motivarlo pero era un portento físico dando todo de sí. Y en estas, en este baile de acelero-freno del Atleti, ¡Miranda! Robó un balón en la frontal, se la dió a Turan, que hasta entonces era el que más había corrido después de Falcao y puso un centro que aparentemente no era para el colombiano, pero que cazó y con una maniobra que hubiera firmado el mismísimo Maradona, pone el 2-0 en el minuto 35 de la final.

Posiblemente lo que pueda explicar de lo que se vivió en la grada ni se acercará a la realidad, nos abrazamos una vez más, convencidos de que esto no se podía escapar y en ese abrazo y en ese momento de silencio interno que uno tiene al celebrar un gol de ese calibre, recuerdo un llanto, un llanto de pasión, de alegría, de honor, de recuerdo, mi vecino de asiento posiblemente estaba recordando a su padre y todas las cosas que se debería estar perdiendo y lloraba pensando que desde ahí arriba, él no sólo lloraba por ver a sus colores ganar, sino por ver a su hijo y a su nieto abrazarse llorando y, pese a sentir no poder estar ahí, posiblemente era feliz y sabía que eso se iba a quedar con ellos toda la vida. La vida, nos pone lecciones que debemos aprender, en un momento de alegría y de éxtasis, recordar con cariño a los que se fueron, es lo más bonito que le puede a uno pasar y en aquella grada, no sé cuantos había así, pero por lo menos uno seguro.
Al volver en mí, me senté en mi asiento mientras el partido seguía, y empecé a asimilar lo vivido en poco más de media hora de partido y, como un niño, derramé varias lágrimas, no de pena, quizás tampoco de euforia máxima, sino de tranquilidad. Nunca me había imaginado ver al Atleti en tres finales europeas y no sólo lo había visto, sino que a una de ellas había asistido, quién sabe como acaba este circo futbolístico, pero en aquel momento, en aquel minuto de aquel partido, yo estaba cumpliendo un sueño.



Y así llegamos a la media parte, habiendo recapacitado de todo lo que habíamos vivido, momentos de relajarse un poco, disfrutar, comentar las jugadas y el partido y como no, llegar el buche, que era tarde y había hambre. Nuestra expedición se había llevado unos trozos de jamón envasados al vacío que supieron a gloria.

En la segunda parte yo tuve una sensación extraña. Os explico; íbamos 2-0, no habíamos pasado peligro, estábamos tranquilos, y el Athletic atacaba del otro lado, sabíamos que al Atleti lo veríamos poco atacando, más que en alguna contra, era lo que tocaba, no pasé excesivos nervios y el tiempo se me pasó rápido, creo que supimos llevarlo tan bien, que Diego dejó un recado en la portería donde queríamos ver un gol, la nuestra, la que habíamos estado escoltando todo el partido, donde habíamos estado animando como locos y donde Courtois había notado como caliente en la primera parte. 
Se vió solo atacando, arrancó, frenó, pensó, volvió a arrancar, volvió a frenar y con un pequeño regate y un tiro milimetrado, nos regalaba algo más que un gol, nos regalaba cinco minutos, más el añadido, para disfrutar, para cantar y para volvernos locos y abrazarnos como hermanos reencontrados. El "Campeones", no tardó en sonar en la grada, que se lo había ganado a pulso.
 
Aquí quiero pararme para contar lo que Diego nos regaló a ese pequeño trozo de grada en el que estábamos. Justo delante de mío, estaba un padre con su hijo, que tendría unos 7 u 8 años, no más, viviendo quizás su primera final en directo, detrás yo, con 29 estaba viviendo lo mismo, pero con la diferencia que él, es el futuro. Durante todo el partido los que allí estábamos le tocamos la cabeza de tal manera que casi más nos alegrábamos por él que por ganar, pero marcó Diego y el padre, con lágrimas en los ojos, y a pocos centímetros de mi, le dijo lo que significaba lo que estaba viviendo “esto es para ti hijo mío, esto vívelo y recuérdalo toda la vida, porque esto es por ti, porque este esfuerzo y esta alegría te la vas a quedar para ti toda la vida, te quiero hijo!” y se abrazaron, aún hoy, escribiéndolo y recordándolo, se me humedece la mirada y lo veo como si estuviera pasando en este momento, sin duda, el mejor momento de la final.

A todo eso, yo me acordé que, en la comida, con los Padín, medio nerviosos los tres, reclamando las pizzas, y hablando de fútbol, dije que ganábamos 3-0 fácil y me fuí hacia ellos con un “¡os lo dije! ¡3-0 fácil!” Nos abrazamos, sonreímos y acabamos de disfrutar de lo que quedaba para acabar.

Una vez acabado el partido, vimos a Courtois correr más de 70 metros como un loco para, de rodillas, ponerse delante nuestro a celebrarlo, mientras los demás a lo lejos, se volvían locos, con Radamel a la cabeza.

Subió el Athletic y toda la grada colchonera les ovacionó como debía de ser, habían hecho una competición espectacular y, pese que en la final las cosas no salieron bien, merecían estar ahí.

Una vez subieron los nuestros, volvió la locura cuando vinieron a ofrecernos la copa, mantearon al Cholo, vimos al Juanfran con sus hijos mientras le gritábamos que debía estar en la roja y disfrutamos de haber hecho historia, porque el Atlético de Madrid, se había convertido en el equipo europeo que más triunfos seguidos había conseguido en Europa. Ahí queda eso. Y, queda la Supercopa.

(Salida del campo y celebraciones en Madrid en, el último capítulo)

Parte 1, pincha Aquí
Parte 2, pincha Aquí

jueves, 24 de mayo de 2012

Bucarest (parte 2)

No sé si era porque estaba cansado del día tan ajetreado que había tenido, o porque intenté no pensar en la final, pero dormí como un bebé, es decir, me desperté temprano y ya no pude dormir más. Al poco sonaba el despertador; 7:15 de la mañana para poder desayunar tranquilos puesto que las mochilas ya estaban hechas de la noche anterior. Bufanda, camiseta, bandera... Todo listo para pasar un día intenso fuera de casa.

Habíamos quedado en el barrio de las letras para ir hasta el aeropuerto en coche, dejarlo en el parking de bajo coste y así al volver poder llegar rápido a casa, ya que estaríamos cansados. Y allá fuimos. En el coche sonaba una y otra vez el himno de Sabina a todo trapo, mientras una bufanda asomaba por la ventana. Conversaciones de nerviosismo. 
Yo iba callado, tenía sueño, nervios y miedo a la vez. Empezaba un día, tantas veces esperado, que me pilló con la novatada.

Llegamos al aeropuerto sobre las 9:30 de la mañana, los de “Viajes El Corte Inglés” estaban más histéricos que nosotros, parecía que íbamos a la ópera en lugar de al fútbol. Nos dieron unos planing del día, el número del autobús que nos esperaba en Bucarest e informaciones varias que apenas miramos. A lo tonto, quedaba poco para embarcar y una cola rojiblanca bajo una pantalla que decía “Bucarest” nos marcaba el camino. Cómo estos viajes son un poco atípicos, los asientos no están asignados y una vez entras debes buscarte las habichuelas. Nosotros, que estábamos delante gracias a que parte de la expedición que éramos llevaba allí rato haciendo cola (Los hermanos Padín), pudimos sentarnos en la salida de emergencia y así poder ir más anchos que los demás.

Aquí quiero comentar el punto negro del viaje, todos sabemos que cuando uno va a estas finales, va a pasárselo bien, vivir la experiencia y disfrutar, y porque no, tomarse alguna copa de más en caso de victoria. Pues bien, los compañeros de avión en la ida, las copas las llevaban de casa y una vez dentro de la terminal, siguieron bebiendo hasta protagonizar un capitulo bochornoso, llegando a intentar fumar en el lavabo del avión e insultar a una azafata, que, gracias a los intermediarios de los organizadores del viaje, reconsideró la opción inicial de avisar a las autoridades rumanas para que tomaran medidas al llegar a tierra. Esos son actos totalmente denunciables por toda la afición.

Una vez allí, la bajada del avión y la caminata por la terminal fue de piel de gallina. Se notaban los nervios colectivos. Ya estábamos allí, ya no había macha atrás, quedaba poco, muy poco para ver al Atleti en una final europea. Aún y así, pese a la mala organización con los autocares que en vez de dejarnos en el centro nos dejaban en el estadio y de allí, otro autobús nos dejaba en el centro en la “fan zone”, (el caso es que si hubiéramos aterrizado a las 9 de la mañana, no hubiera habido problema, pero haciéndolo a las 3 de la tarde, todo lo que puedas ahorrar de tiempo es bienvenido) estábamos allí.

Total, pisábamos la “fan zone” a las 4 de la tarde y aún teníamos que comer. Ahí se dividió el grupo, unos nos fuimos a una pizzería y los otros a comerse un codillo a un buen restaurante. El servicio, un poco el esperado, tenemos la costumbre de quejarnos siempre del país en el que uno vive, y la verdad, es que el servicio en este país, ojo que hay de todo, es bastante más bueno que en el de Bucarest, por lo menos en el de la pizzería que nosotros fuimos, eso sí, las pizzas estaban de muerte, bueno, o eso, o es que estábamos ya en el alambre.

Para cuando el grupo volvió a unirse, ya estábamos subidos en los buses lanzadera hacia el estadio. Quizás uno de los mejores momentos que se vivió aquel día. Unos 100 atléticos dentro de un autobús camino a una final. Se cantó, se coreó y se lió de todo y para todos. Fueron los mejores 20 minutos del viaje. Incluso, después de llevar un rato allí dentro liándola muchísimo, nos dimos cuenta de que en un asiento había un aficionado del Athletic de Bilbao que junto con su hermano colchonero habían ido a compartir la final juntos. Hablamos con él y se lo estaba pasando bien, nos confesó que “yo soy de toda la vida del Athletic, pero mi hijo, por culpa de su tío me ha salido colchonero”. Cómo era evidente, ese tío, se llevó una soberana ovación. La gente que iba caminando hacía el estadio, se acercaba al autobús a picar en los cristales en forma de ánimo colectivo. Bajamos del autobús y allí estaba el estadio. Sólo quedaban minutos para tomar asiento, ¿nervios? Un poco, tirando a bastante.


Nos paramos de camino en un stand de la UEFA  a comprarnos la bufanda oficial de la final, era bonita  y esas cosas, hay que guardarlas, no sólo en la retina, por lo que pueda pasar. Pasamos las medidas de seguridad del estadio. Eran dos; una donde te hacían dejar las bebidas y otra donde te cacheaban la bolsa y te hacían enseñar la entrada, pequeño momento de caos antes de levantar la cabeza y vernos enfrente un estadio espectacular, nada acorde con la ciudad, con unas infraestructuras impresionantes y que nos dejó, aunque parezca mentira, sin palabras por un momento. Como refleja la fot, nuestras caras antes de entrar son una mezcla de, nervios, tensión, alegría y emoción.
Subimos las escaleras del estadio, picamos la entrada y al asomarnos al estadio, algunos ya llorábamos, los nervios salían por donde podían, estábamos en una final europea y ahora ya sí, nos lo debíamos de creer. Buscamos nuestro sitio y allí nos sentamos a esperar que el árbitro diera el pitido inicial y empezáramos a disfrutar.

CONTINUARÁ...

domingo, 13 de mayo de 2012

Bucarest (Parte 1)


Uno cuando se va enterando de lo que es la vida, como todos, toma un camino sin saber si va a ser el correcto o no, sigue según sus instintos y sabe que, aunque no será fácil, siempre habrá atajos u otras direcciones que tomar dentro del mismo recorrido. Al empezar, el equipaje va vacío, no lleva absolutamente nada, con la intención de ir llenándolo por el camino de cosas bonitas, recuerdos y momentos que perdurarán para siempre de alguna manera u otra, sin olvidar que habrá momentos duros y difíciles. Y así uno, si saber cuál será el mejor momento de ese camino, decide vivir cada segundo de él y decide ponerse a soñar, dormido y despierto. 
Cuando mi camino en la vida ya lleva 29 años y, cuando vio hace dos años, que pasaba de largo el camino que le llevaba al sueño de Hamburgo, pasó por el de Bucarest, y esta vez, señores y señoras, no lo iba a dejar escapar. Me iba a una final europea a ver a nuestro Atleti, me iba a llenar el equipaje.

Afortunadamente al Atleti, uno no lo elije, es el Atleti el que te elije a ti, y a mí me pilló lejos, podría ser peor, sí, pero vivir en Barcelona y ser del Atleti no es fácil. Por suerte, siempre que puedo, visito la capital con la intención de asomarme a un pequeño sueño de vivir cómo uno más en Madrid, siendo del Atleti y sintiéndose en casa. Así que, pese al precio y como las combinaciones desde Barcelona a Bucarest no me iban bien, decidí que ya que iba a cumplir un sueño, lo iba a hacer a lo grande. Porque uno a éstos viajes sabe que va, pero debe saber con quién va, y yo sabía que debía de ir con quién fui. A los que sin duda, dentro de esta crónica, tendrán un apartado especial.

Salí de trabajar el día 8 de mayo a las 14:30 del mediodía, y fijaros si tenía ganas, que tomaba el Ave destino Madrid a las 15h, por suerte, tengo la estación cerca y no fui apurado. Cansado sí, pero no agobiado. Viajar en Ave, es la ostia, uno va, cómodo, tranquilo y cuando te quieres dar cuenta, ya estás allí. Para mí la batalla con el avión, la tiene ganada.
Así que, puntualmente, llegué a Madrid a las 17.45 de la tarde y ya me esperaba una gran amiga (Sheila) para ayudarme a hacer unas compritas y tomar unas cañas que desde aquí quiero reivindicar, como patrimonio de la humanidad. Quién no haya visitado Madrid, les digo, que no tarden, que esa ciudad hay que disfrutarla y que las cañas y las tapas, son parte del encanto de una ciudad eternamente vieja y eternamente joven.

Pasada la tarde, ya pude reunirme con Dani, ese que para mí, es como un hermano, ese al que gracias al Atleti, me ha unido el eternamente. Ese al que llamo cada vez que acaba un partido y ese que ha hecho posible que yo pudiera ir a Bucarest y cumplir mi sueño. Como dos flanes, nos abrazamos, nos dimos dos besos y a partir de ese momento sólo existía el partido. Fuimos a ver a su padre, gran tradición familiar que ellos tienen y que me dejaron compartir y, sin demora, nos fuimos a cenar y descansar antes del día que nos esperaba, largo día en Rumanía. Pero antes de visitar al dios Morfeo, quisimos irnos a la cama jodidos de nervios, y pusimos sendos programas deportivos nocturnos, que prefiero no publicitar y que se tiraron la primera hora y pico hablando de Higuaín, a menos de 24 horas de que dos equipos españoles, dieran una lección al fútbol europeo. 

Ver para creer, así que, aguantamos y aguantamos y después de ver unos cuantos reportajes de lo que nos esperaba al día siguiente, nos fuimos a la cama, nerviosos pero ilusionados.

(Continuará...)

viernes, 20 de abril de 2012

La noche inolvidable

A veces, cuando uno mira a su alrededor, en su vida, y hace balance de lo conseguido y a lo que aspira, puede entrar en un estado de felicidad o de la más absoluta desolación. La vida es así de cruel, mucha gente dice que la vida es para sufrir, supongo que esa es la visión amarga de la historia. La dulce, dice que para conseguir algo, algún sueño, hay que pelearlo y no desistir hasta conseguirlo y, por mucho que el destino intente ponernos trabas, siempre habrá algún día, o algún momento que por pequeño que sea, aunque dure una milésima de segundo, se tornará en inolvidable y vivirá en nuestra cabeza para siempre.


Por eso, los que somos del Atleti, somos vividores, pero no del significado burgués de la palabra, nuestro significado es del que dice que vive la vida tal y cómo es, sin ayudas, sin excusas y que tira pa´alante con lo que venga, sabiendo que sea como sea, a la mañana siguiente, hay que volverse a levantar para afrontar otro nuevo día.


Lo de ayer fue el reflejo de lo que simboliza el ser del Atlético de Madrid, nerviosos ante una cita importante, aquéllas que toda la grada sabe que va a ser difícil de repetir, y pese a las horas, el campo se va a llenar. Europa lo merece, tropezamos en 2011 pero no íbamos a dejar que en esta edición nuestra derrota fuera un tax free para el que viniera "turismo" al Calderón. Y así fue, para sorpresa de todos, la mejor noche que ha vivido este Atlético de Madrid desde, a mi entender, aquélla locura de partido de copa contra el Recre, dónde todo empezó.



El que diga que 5 minutos antes no estaba nervioso, miente, porque, pese a que hace dos años aquél Valencia de Zigic (El increíble Hulk) era bastante más peligroso que el de esta temporada y pese a que aquél Atleti, tenía una de las mejores plantillas que se recuerdan, la cosa no anda muy fina por ninguna de las dos ciudades y, se supone, que este Valencia es el tercer mejor equipo de España a día de hoy, o por sus propios méritos o por deméritos de los demás, pero ahí está, que no es poco. Decían que venían con ganas de vengarse de aquélla noche en que Juanito estuvo a punto de liarla parda, si era así, no lo demostraron, porque el que diga que pasados 5 minutos del inicio del partido, seguía nervioso, miente también.

Porque el equipo superó desde el inicio en casi todas las líneas al Valencia, y digo casi todas porque por arriba el Valencia era el Rey y nosotros los elefantes, por tierra no había color, bueno sí, el rojiblanco. 
Pero claro, somos el Atlético de Madrid y uno sabe cuando se monta en la montaña rusa, que va a subir, pero que también va a bajar, pero ayer, no hubo tal montaña rusa, la intensidad del equipo duró 93 minutos para luego al bajarse y mirar atrás ver que, uno salía contento de la atracción, pero algo confuso.


El partido no lo voy a resumir, porque si a día de hoy nadie sabe lo que pasó ayer es, primero, porque no le interesa el fútbol lo más mínimo o porque esta en desafío extremo en el Everest. Nunca mejor dicho, ayer el Atleti estuvo de Traca, pero de las buenas, de las valencianas. Tanto tantísimo, que el resultado de goles a favor, se nos antoja corto. 
Pero señoras y señores, cuando Arda Turán tiene días cómo los de ayer, lo mejor que le puede pasar al equipo contrario es que no le hagan mucho daño. Fué el dueño y señor del partido y ya que, sorprendentemente, aún no hemos tenido niguna portada diciendo que algún grande lo quiere, podemos decir que ayer se doctoró Cum Laude en la universidad de Madrid. Puede parecer que diciendo esto estoy desmereciendo al resto del equipo pero no es mi intención, ayer desde Mario Suárez, sublime, a Falcao, estuvieron de matrícula de honor, pero es que Arda, como se dice en la calle, es Dios.


Porque lo de Adrián clama al cielo, porque este chico es de otro planeta, sí, ese planeta en el que Arda es dios, pero que uno sin el otro no saben vivir, se buscan, se miran, se cuidan y se miman hasta el punto de ver el mejor fútbol que se ha visto en el Manzanares desde Luis Aragonés.


Lo del Tigre es otra historia, no me quiero emocionar con él, porque todos sabemos como va a acabar este cuento, un gran tipo, un delantero como pocos, el mejor en área quizás pero cuando uno, en la media parte, da la espalda al verde para mirar al palco, entiende que el 9 tiene las horas contadas, que esos 32 goles que lleva este año, una barbaridad contando que "sólo" ha jugado, liga y Europa League, son lo que esperaban GilMa y Cerezo para revenderlo al mejor postor, por eso, el golazo que metió ayer, no hizo más que alejarlo del Calderón un poco más y es una pena, porque estamos dónde estamos por él.


En definitiva, que en la vuelta, Mestalla no hará una encerrona en plena crisis deportiva valencianista. Vamos a quedarnos en el lado dulce de la historia y ver que, en Europa, sólo Udinese nos metió dos goles y no pudimos mojar ni uno, desde ese día, marcar fuera de casa ha sido una prioridad cumplida a las órdenes del Cholo.
Lo dicho, que quizás el jueves que viene nos sale la cruz de la moneda, que tenemos la peor noche que se recuerde en la historia del club y podamos ser eliminados, esperemos que no, pero lo de ayer, lo de la noche del jueves 19 de Abril de 2012, eso, ya no nos lo quita nadie y en recordar, somos especialistas.


Porque lo de ayer, ocupa una milésima parte de los recuerdos que hay en nuestra memoria, pero que va a estar ahí para siempre.


lunes, 27 de febrero de 2012

Maneras de perder.

Aunque parezca raro y el Barça sea ese equipo temido por todos los grandes clubes del mundo, cuando se enfrentan contra el Atlético de Madrid todo el mundo dice la frase: "Suelen ser unos partidazos". 

El de ayer, para mí, no fue del todo un partidazo por varios motivos que quiero exponer, motivos que hemos de analizar y entender que en el fútbol, como en todo, hay maneras de perder.

1.   El planteamiento inicial del Cholo, antes de que el balón empezara a rodar parecía bueno, es decir, no se escondía, quería ganar, ojo, que no se malinterprete, nunca hemos tenido un entrenador que no salga a ello, pero sí que es verdad que muchos salían con un carácter más bien defensivo contra el Barça, esta vez el míster no quitaba nada de lo que no tuviera siempre en mente, con la baja de Diego, optó por Koke y Tiago volvió a la titularidad, alante, Adrián, Arda y Falcao, un once que agradó a casi todo el mundo.
Pero, desgraciadamente, el balón echo a rodar y con ello, se fue a pique lo que parecía que iba a ser el partido del siglo. Principalmente porque hicimos la primera parte más mala desde que el Cholo dirige a este equipo, bien es cierto que supo tapar muy bien los espacios y el Barça solo tiró dos veces a puerta, (una a balón parado y otra con el gol), por lo demás, muchísimo juego sucio, patadas a destiempo y una imagen de que salíamos a no dejar jugar en vez de intentar robar y salir tocando. Para mí, igual que creo que Cesc se excedió en su entrada a Juanfran, creo que Godín, Juanfran y Arda hicieron unas entradas muy al límite de la roja, cosa que, contra cualquier equipo puede ser mortal, pero contra el Barça es sentencia de muerte. Y gracias a Dios, acabó la primera parte.

2.   Al inicio de la segunda, sentado en un bar de Barcelona, territorio hostil, haciendo un análisis del daño que ha hecho la prensa de este país al odio de las personas, por mi cabeza pasó un debate interno de cómo había que afrontar la segunda parte para, cuanto menos, ponerlo difícil. Y por mi cabeza no pasó otra cosa que lo que en realidad sucedió, jugar al fútbol.
Todos sabemos que quitarle la pelota presionando fuerte arriba y además tapar todos los espacios posibles al Barça es algo bastante difícil, pero no imposible, y así fue, en la segunda parte el Barça tuvo otras dos ocasiones (el gol y el cabezazo de Alexis), no es moco de pavo, porque este equipo tiene una media de tiros a puerta por partido de unos 10 o 12 chuts. Y ayer el Barça se fue con 4 o 5 tiros.
Las cosas no se hicieron tan mal, el Atleti, que no había corrido tanto en la primera mitad, salió a matar en la segunda. Aprovechó un fallo de la defensa del Barça que, además de despejar mal, dejó al "tigre" sólo y el partido de ponía bonito. Podemos decir, sin riesgos a equivocarnos que durante más de 15 minutos el Atleti desesperó al Barça, el equipo se gustó, tapó bien atrás y cuando salí lo hacía sin pausa y con una velocidad más.
Lástima que el linier se equivocara en el fuera de juego de Adrian y sobretodo en el de Falcao, el más claro para mí, porque entonces, quizás estaríamos hablando de otro resultado, quizás no la victoria, pero si un empate. Por lo demás, una mano clarísima de Busquets que el árbitro, extrañamente no vio (y si las de Messi en la primera parte, 400 veces más difíciles de ver) y que curiosamente ni un jugador del Atleti protestó.

El gol de Messi a 10 del final, fue demasiado castigo para un Atleti que dio más que la cara, y no hay excusa, es un golazo, pero la empanada impresionante de la barrera casi ni la comentamos, no se puede estar peleando 90 minutos así y que te ganen por una tontada. Pero de todo se aprende.

3.   Finalmente me quedo con el Cholo en rueda de prensa, porque sin ser grosero, habló de la actuación arbitral sin darle importancia y, hoy, unas imágenes de Simeone después del 1-2 diciendo a sus jugadores que dejaran de protestar y se pusieran rápido a jugar, es de reseñar, puesto que ese mismo gesto, es el que él y el Mono, quieren inculcar a este equipo, nos han marcado, pero hay que seguir peleando. Fue tan buena la segunda parte que se nos olvidó la primera. Son contrastes, maneras de perder.





Desde aquí quiero, además hacer un apéndice sobre la lista de Del Bosque, no tengo nada en contra de él, me parece un buen entrenador, ojo, buen entrenador, nada más, cuando ganó lo que ganó en Madrid la base era de Capello y cuando ganó el Mundial, aquella España ni se acercó a la que había parido Luis. Eso no quiere decir que no sea un buen preparador, pero eso es lo único. 

No obstante, creo que acierta con lo de Torres, es un toque de atención peligroso, pero es un toque, Torres no mete goles y eso, si eres delantero, te mata, es hora de espabilar y demostrar que puede estar en Polonio-Ucrania, depende de él, porque la confianza del míster la tiene, solo necesita números.
Por otra parte, Vicente se equivoca, no midiendo a todos por el mismo rasero, Negredo, que hoy ha abandonado la convocatoria lesionado, está en una situación similar a la de Torres y porque no decirlo, y Piqué? Lleva distraído varios partidos y no debería ni ser titular. 

Entonces, si realmente son toques de atención, que se los de a todos y si no es eso, solo puedo pensar, que el Niño está más fuera que dentro de esta selección. Y alomejor no es tan malo, porque si España no gana, nadie podrá culparlo a él, y ¿a quién culparán, cuál será el debate?

lunes, 13 de febrero de 2012

CUANDO ESPAÑA ERA DE FERNANDO TORRES


Hace algún tiempo, no mucho, un chaval de Fuenlabrada conquistaba los corazones de muchas personas, entre ellas un pequeño sector del mundo que somos los colchoneros. Aquel chaval, un tal Fernando, alias “el niño” debutaba en el Atlético de Madrid de la mano de un Gil que quería desviar la atención al NO ascenso en el llamado “añito en el infierno”, como ven, nada nuevo bajo el sol.

El chaval se ganó la admiración de la grada casi solo por sentarse en el banquillo, anhelábamos un canterano que corear en el Vicente Calderón y por fin había llegado, su rendimiento, para los que le seguían en las categorías inferiores, no iba a ser una incógnita, para los demás, si, y cumplió, vaya que si cumplió.
Rápidamente se ganó el cariño de todos y en sí, el brazalete que tantos años defendió con orgullo colchonero. Y, España, lejos de alegrarse de que un nuevo joven español aparecía con fuerza en el panorama futbolístico, empezaron una cantinela de “está sobrevalorado”, “esta durará dos días en el Atleti” y demás sandeces que sólo él se apuraba a desmentir a base de goles y de más goles, que hacían que año tras año y junto a Villa, se disputara el mejor artillero nacional de la Liga, que no es poco. Su debut en la selección absoluta, que fraguaba un gran equipo, a la postre, campeón de todo, dio más que un debate, pero allí estaba.

Un día, cuando la puerta estaba entreabierta, sí, esa puerta que casi siempre dejan entreabierta los Gil cuando viene una gran estrella y Torres había pretendido no cruzar nunca, se abrió del todo, España fue de Fernando Torres. No se sabe porque, ni como, pero el país le tomó un cariño especial al “niño”. Se fue a la ciudad donde los Beatles enseñaron al mundo su arte y llegó allí jurando volver algún día al sitio donde nunca quiso salir.
De repente, aquel chaval “desaprovechado”, “sobrevalorado” y “no tan bueno” que la gente pregonaba en los bares, se convirtió en la estrella que ya era en el Atleti, en su Atleti, y la gente se hizo de Torres. Y tanto mejoró que Europa se puso a sus pies y España entera cantó su nombre aquella eterna noche de junio, aquél mes histórico en el que corrió y se desgastó para que Villa se cansara de meter goles y para meter aquél gol que tanto años soñamos cantar.
Sus números no engañan, 27 goles con la selección, 82 en primera y 67 en la premier, convirtiéndose ya, en leyenda viva del Liverpool, que no es poco.
Pero de repente y como se dice coloquialmente, la memoria es selectiva. Hoy Torres no está bien, su cambió de aires ingleses quizás no le ha favorecido, y una lesión de gravedad hizo que no rindiera del todo en el mundial, pero ¿qué ha pasado? Torres se cansó de correr en la Eurocopa para que los demás marcaran, es más, en Viena el “niño” solo metió dos goles en aquella Euro, pero claro, España, en aquellas, era de Torres, hoy no.
Quizás no esté para la selección, o quizás cuando llegue el momento de dar la lista si y, ojo, no quiero decir que Soldado, que hoy, España entera es de Soldado, ese que lleva casi 100 goles en primera, solo en primera y ha deambulado por media liga española para acabar en Valencia, donde parece, ha encontrado su sitio, no merezca la selección. A la roja han de ir los mejores, pero que no se confíe porque España mañana mismo, puede dejar de ser de Soldado.

Torres ha sido víctima de sí mismo y de los bares de este país, ha pasado de ser “sobrevalorado”, a “claro es que en el Atleti no tenía equipo”, después a ser “el héroe de Viena” y ahora a ser “un matao”, y todo esto con tan solo 27 años.
Pero quizás eso sea bueno, porque de los que vestimos de rojo y blanco de la cabeza a los pies, Torres nunca ha tenido ningún debate, es el capitán del Atleti y leyenda viva de la historia del Atlético de Madrid, ese al que, algún día y esperamos que pronto, vuelva y demuestre a esa España que siempre ha sido de Torres, que los futbolistas, al igual que tu y que yo, fallamos y que Soldado de 26 años, ha pasado por Getafe y Osasuna y no por el Liverpool y el Chelsea, quizás el nivel de exigencia sea diferente, ¿no creéis?

Por eso, quiero dejar bien claro que en el Atleti, siempre hemos sido de Fernando Torres.